16 de noviembre de 2010
Carmen Pérez junto al Mural de Albacalí
¿Y si alguien fuera capaz de liberar un espacio de las limitaciones de su propia definición?
¿Y si ella ofreciera elementos de percepción desasidos?
Tal vez la luz podría ser permitida emerger de entre luminosidades propias y ajenas.
Pero es posible que descalzados de los días las noches vengan a sumarse a la polifonía explícita de los sentidos vueltos hacia dentro.
Con ella la danza se llama juego, casilla, clave de mi-rada, pentagrama de naranjas, partitura de risas.
Las manos de Carmen te aprietan con los dedos extendidos, ondulados y arcanos, como cintas de Moebius.
Espacio
de Juan Ramón Jiménez
“Los dioses no tuvieron más sustancia que la que tengo yo.” Yo tengo, como ellos, la sustancia de todo lo vivido y de todo lo por vivir.
No soy presente sólo, sino fuga raudal de cabo a fin. Y lo que veo, a un lado y otro, en esta fuga (rosas, restos de alas, sombra y luz) es sólo mío, recuerdo y ansia míos, presentimiento, olvido.
Pasan vientos como pájaros, pájaros igual que flores, flores soles y lunas, lunas soles como yo, como almas, como cuerpos, cuerpos como la muerte y la resurrección;
Alas, cantos, luz, palmas, olas, frutas me rodean, me envuelven en su ritmo, en su gracia, en su fuerza delicada; y yo me olvido de mí entre ello, y bailo y canto y río y lloro por los otros, embriagado.
Dulce como esta luz era el amor;
...
yo te miro como me miro a mí y me acostumbro a toda tu verdad como a la mía.
...
No olvides que por encima de lo otro y de los otros, hemos cumplido como buenos nuestro mutuo amor."
Era la voz de Juan Ramón, avanzando entre teselas de letras resanadas, deslizada en el aguamiel de los cantos gregorianos de The Hilliard Ensemble, enfatizada por el Saxo de Jan Garbarek.
Ven,
quítate los zapatos,
los pesos y pesares,
entra en Arqueodanza
a comer rosas
y beber nanas.
Anónimo dijo: (22/12/2010 22:57:57)
Respuesta de Escuela de Danza:Anónimo dijo: (20/12/2010 18:22:10)
La danza, en su venerable forma de antiguo culto, es la verdad y al mismo tiempo la justificación de estar en el mundo; de todas las teodiceas, es la única eterna e irrefutable. Ella no enseña, no discute, sólo da pasos, y, con estos pasos, saca a la luz lo que está en lo más hondo de todas las cosas: no es voluntad ni poder, no es miedo ni preocupación, ni nada de todo aquello que se pretende imputar a la existencia, sino lo eternamente hermoso y divino. Ella es la verdad de lo existente y, en lo más inmediato, es la verdad de lo viviente.Anónimo dijo: (16/11/2010 23:39:07)
Respuesta de Escueladanza:Anónimo dijo: (16/11/2010 23:06:03)
Aun no había entrado, tan sólo lo firmemente presentido, una urgencia de soles, la delicuescencia de la apertura, una forma de abrigo que se entrelaza al desasimiento que da miedo y también paz, porque ¿qué hay más allá? Respuestas reservadas a los valientes, acaso a los dioses, a los embriagados de esta tierra. Algo más que las solemnes figuras romanas, enchicadas de dignidad antigua, tiempo abolido, permanencia, sin embargo.